La historia ha unido a la Rioja ALAVESA y al vino hasta el punto de no entenderse la una sin el otro.
Una singular situación geográfica protegida del norte por la sierra Cantabria y buscando al sur la fertilidad del valle del Ebro.
Una tierra caliza que aporta todo su temperamento, un clima húmedo con las justas horas de sol y adecuadas temperaturas en cada año hacen de la Rioja alavesa un enclave concebido por y para el vino